sábado, 9 de abril de 2011

  


El silencio de los culpables
  
     Los políticos siguen sacando ganancias del ataque de septiembre, más aún la Casa Blanca. Las viudas que lo perdieron todo siguen denunciando las fallas y faltas del gobierno por el atentado y lo que no han hecho para prevenir otros. A sus bienamados se los hicieron ceniza en el ataque a la Torres Gemelas. Llevan la procesión por fuera y por dentro, todavía en duelo permanente y en un dolor que les es presente y les será eterno. Son el espejo de las víctimas, la voz viva de sus familiares a los que se los llevaron las llamas y el humo, o saltaron al vacío para morir volando y no quemados. Por cierto no los olvidan ni se les pasa la pena. Unos más que otros las respetan, no así la loca de Canal 5, el Fox, estación de TV especializada en penalizar a los que no siguen su ideología fascista; y todo lo tergiversan, para llevar agua a su molino, haciendo que sus mentiras sean verdades sacrosantas. La caradura que ha ganada millones a costa del ataque de septiembre no encontró nada mejor para vender su nuevo libro que atacar a las viudas con barbaridades que es mejor no reproducir en estas líneas. Los republicanos, guiados por Bush, Chaney y Karl Rove, que han hecho del ataque de Septiembre un negocio para ganar elecciones no han abierto la boca para defender a las viudas atacadas arteramente por la santera del Fox. Ni siquiera el alcalde Giuliani ha abierto la boca para defenderlas, y eso que, según la leyenda, pasó a ser el Alcalde de América por su comportamiento post ataque; por lo que como conocedor de la materia debería haber alzado la voz... su silencio habla volúmenes. Según la prensa, adicta a las celebridades del momento, el alcalde tuvo un comportamiento  –casi, diríamos nosotros– a las alturas de las circunstancias el día de la tragedia; aunque eso no lo salva de los dardos que debiéramos darle. Su aire de héroe queda desmentido por el otro silencio que lo desmiente: guardó silencio–sacrílego – ante el aire tóxico y las partículas de vidrio molido que los newyorkinos y los que trabajaron en Ground Zero acumularon en sus pulmones; éstos pobres han pasado a ser las otras víctimas de la debacle de Septiembre.  El ex –alcalde tampoco ha sacado la voz en defensa de las viudas atacadas por la punta de lanza de los republicanos. El silencio de los culpables es atronador. Así se re-escribe la historia, y Estados Unidos sigue en su caída libre.

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